Otro factor
mas es fundamentado a relación de lo
señalado en 1988 Karthaus y Novakova (4) publicaron 11 PTR colocadas a 8 pacientes, con un seguimiento de
2 a 8 años, que presentaron 10 complicaciones postoperatorias: epixtasis,
hemartros, reacción anafiláctica, infección de tracto urinario con hematuria,
flebitis recidivante en el lugar de punción venosa y fiebre de pocos días de
duración, entre otras. No hubo infecciones en las heridas quirúrgicas..
En 1989 Wiedel
y cols.5 publicaron una serie de 97
PTR colocadas a 76 pacientes y constataron un aumento progresivo de infecciones
agudas. También evidenciaron que los pacientes HIV+ estaban predispuestos a
desarrollar infecciones.
En 1996
Löfqvist y cols. (6) publicaron
6 casos de PTR, de los cuales uno se infectó (en un paciente HIV+), que
finalmente requirió de una artrodesis de rodilla En definitiva, a parte del
riesgo infeccioso postoperatorio, la PTR es una intervención a tener en cuenta
sólo en determinados casos muy seleccionados, a pesar de la controversia
existente en la literatura revisada previamente. Al existir un porcentaje mayor
de complicaciones y un porcentaje menor de resultados satisfactorios tras una
PTR en hemofílicos que en la población no hemofílica, es opinión del autor que
la PTR debe reservarse para casos muy concretos en hemofilia, siendo las
expectativas de vida, la edad y el estado inmunológico factores esenciales para
su indicación
Si
tomamos en cuenta el panorama a los
resultados que les espera a futuro a los pacientes hemofílicos desde el punto de vista funcional, como
articular sabremos que en dicha
patología corresponde a un equipo multidisciplinario el manejo preventivo de esta patológico
decayendo en el cirujano articular un alto peso de dicha patología.
En la Hemofilia
severa (nivel de factor <1%) son características las hemorragias articulares
o hemartrosis ante mínimos traumatismos, que incluso pueden pasar inadvertidos
al paciente, denominándose entonces espontáneas. Éstas se pueden presentar en
cualquier articulación aunque se localizan con mayor frecuencia en articulaciones
móviles o diartrosis como la rodilla, tobillo y codo, siendo la articulación de
la rodilla la más afectada. Dichas articulaciones se caracterizan por presentar
una cavidad articular y unas superficies óseas articulares envueltas por una
membrana sinovial,reforzada toda esta estructura por una cápsula articular que
está formada por ligamentos pasivos, que actúan como elementos de contención
durante el movimiento, y por ligamentos activos como estabilizadores (Figura
1). Cuando una articulación sangra de forma recurrente se afecta toda la estructura
articular, evolucionando progresivamente hacia la artropatía hemofílica que es
la destrucción articular en un mayor o menor grado . 7
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